Page 54 - Tendencias 2023
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               A muy pocos hubiera extrañado que esta nefasta coyuntura frus-
               trase el planteamiento y los trabajos iniciales de la década del
               cambio. Más aun, considerando que había razones suficientes para
               cancelar provisionalmente el proyecto y reiniciarlo con la llegada
               de vientos menos impertinentes. Sin embargo, como históricamen-
               te sucede cuando vienen mal dadas, Asturias demostró tal resis-
               tencia, disciplina y solidaridad durante el largo tsunami del corona-
               virus, que no dio opción a pensar en otra cosa que no fuese en
               salir más fuertes del infortunio y superar las dificultades para
               avanzar cuanto antes hacia ese modelo de progreso que mayorita-
               riamente se nos había encomendado. Que la lucha contra el virus
               fuera ejemplar para España y para Europa, nos demostró una vez
               más que hay pocos desafíos que no se puedan acometer en Asturias
               si la voluntad y la fuerza va en el mismo sentido: el de conquistar
               un presente propicio en oportunidades para garantizar el futuro de
               las generaciones que habitarán el bienestar del siglo XXI.

               La que hemos denominado década del cambio es un proyecto sóli-
               do política e intelectualmente hablando, con un fuerte componente
               de ilusión con el que deseamos contagiar a la sociedad asturiana
               para compartir el camino y que, entre otras muchas cosas de im-
               portancia, nos permita dejar atrás de una vez por todas ese escep-
               ticismo colectivo que nos ha caracterizado en no pocos periodos de
               nuestra historia reciente. No aprovechar este momento en el que
               confluyen una serie de circunstancias sumamente positivas para
               crear riqueza y crecer con la solvencia que Asturias merece en los
               parámetros económicos, sociales y culturales, sería un desastre.
               Este es un tren que no vamos a dejar pasar.

               Cierto es que todavía transitamos por los arrabales de la inestabi-
               lidad causada por la crisis sanitaria y el conflicto bélico, y es verdad
               también que no vivimos tiempos excesivamente propicios para el
               optimismo, pero nadie nos va a desviar del empeño que ambiciona-
               mos y para el que, en medio de esa tormenta oscura a la que me
               refería, vimos la posibilidad de hacer de la necesidad virtud y de
               trabajar para provocar el anticiclón perfecto, ese que nos hace
               pensar y creer en la concreción del bienestar social del siglo XXI.
               No desaprovecharemos cualquier viento a favor que propicie el
               escenario de una alianza entre las fortalezas de nuestra comunidad,
               los recursos que nos reporta la pertenencia a la Unión Europea, y
               la denominada cuarta revolución industrial con la irrupción de la era
               digital. Una asociación a tres bandas que, si acertamos con los
               tiempos y las estrategias, deberá ser imbatible.

















                  Hay pocos desafíos que no se

                  puedan acometer en Asturias
                  si la voluntad y la fuerza va en

                  el mismo sentido






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