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A R T Í C U L O S DE
O P I N I Ó N
Y esta confluencia llega precisamente en un momento en el que el
progreso sólo será si está liderado por la ciencia y la innovación,
que configuran el poderoso punto de apoyo de la palanca que va a
impulsar la década del cambio en Asturias. La puesta en marcha
de Sekuens, como denominamos a la marca asociada a la Agencia
de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación, es la prueba
del nueve de nuestra fe en la innovación y el desarrollo y en la
presencia imprescindible de la ciencia en las nuevas estructuras
económico-sociales de Asturias, los pilares sobre los que van a
fundamentarse el progreso y el cambio en nuestra comunidad.
Pero para llegar hasta aquí, no nos engañemos, ha habido que to-
mar decisiones políticas y estratégicas de calado, y algunas de una
relevancia inapelable. Creo oportuno recordarlas aquí por su rele-
vancia y para contextualizar. Decisiones como la de ser uno de los
primeros territorios en subirnos a la locomotora de la transición
ecológica, en un momento en que el pensamiento habitual entre
grupos políticos, sindicatos y empresariado era el de que la descar-
bonización iba a arrastrar a la industria a los infiernos. Frente al
canto de sirenas derrotista, optamos por no dejar Asturias al mar-
gen de un cambio que es tan inevitable como necesario. Se trataba
entonces de concienciar a la sociedad –y en particular a las empre-
sas—de que, pese a sus riesgos, la transición ecológica iba abrir
un amplio mirador de oportunidades. De otro modo, no me cabe
ninguna duda de que corríamos el peligro de quedarnos rezagados
en la modernización económica.
Ahora mismo, tras haber encarado una triple renuncia de magnitud
histórica (cierre de la minería, clausura de las centrales térmicas
alimentadas con carbón y descarbonización en la industria), Astu-
rias lidera el proceso de transición energética y ecológica. La rea-
lidad nos muestra que la transformación era imparable, y también
que las redes tendidas para tejer alianzas con un largo número de
empresas de referencia nacional e internacional instaladas en
Asturias, han funcionado tal y como pensamos en el inicio del
proceso.
Supimos ver que Asturias despuntaba como un territorio clave para
la producción y el consumo del hidrógeno verde, y pusimos todo de
nuestra parte para encarrilar nuestra tierra hacia la revolución
verde. Hoy, los anuncios de las propias grandes empresas demues-
tran hasta qué punto la transición ecológica es nuestra puerta de
entrada al progreso más vanguardista. Hay ejemplos que merece
la pena enumerar, aunque solo sea para tratar de convencer a
descreídos:
• El plan de descarbonización de Arcelor y la autorización de las
ayudas de la Unión Europea.
• Los proyectos de EDP para convertir Aboño en un valle del hi-
drógeno y aprovechar, también, el potencial eólico marino.
• El plan del Grupo Zima, en alianza con Duro Felguera, para fa-
bricar componentes para los parques offshore (eólica marina).
• La propuesta conjunta de Exiom e Iberdrola para que Asturias
lidere la fabricación de paneles fotovoltaicos desde Langreo.
• El desbloqueo de la regasificadora de El Musel, a cuya planta
ya han llegado los primeros busques gasísticos.
• La conversión de la térmica de La Pereda en una central de
biomasa, todo un símbolo del nuevo porvenir de Hunosa.
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