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LA INTELIGENCIA


                     ARTIFICIAL GENERATIVA


                     Y EL FUTURO DEL


                     TRABAJO


                     Laura Velasco. Experta en impacto Social de la Tecnología.




                     El horizonte laboral está siendo reconfigurado radicalmente y
                     aún no hay una intervención decidida por parte de los gobiernos
                     para dirigir esta transformación en beneficio de las personas tra-
                     bajadoras. En este escenario en constante evolución, la Inteligencia
                     artificial (IA) generativa ha emergido como una fuerza aceleradora.
                     A diferencia de otras tecnologías, esta tiene la capacidad de hacer
                     muchas de las tareas que tradicionalmente hemos considerado
                     únicamente humanas, convirtiéndose en una de las aplicaciones
                     más poderosas que hayamos conocido hasta el momento.

                     No, no es una simple evolución tecnológica más; esta forma de
                     inteligencia artificial desborda los límites imaginados. Ni siquiera
                     sus propios creadores son capaces de acotar todas sus capacida-
                     des. Las posibilidades para potenciar la productividad, automatizar
                     tareas y transformar ocupaciones son innegables. Se ha convertido
                     en un elemento crucial en la optimización de procesos, benefician-
                     do a profesionales de diversos campos, desde la creatividad hasta
                     la investigación científica. Pero ese no será su límite. Con la capa-
                     cidad de generar contenidos novedosos a partir de una variedad de
                     insumos como texto o imágenes, la inteligencia artificial generativa
                     está reformando la dinámica laboral y proyectando una nueva rea-
                     lidad del futuro del trabajo. La automatización, aunque un fenóme-
                     no en expansión, no implica una sustitución total de la mano de obra
                     humana. Aun en su avance, gran parte del tejido laboral sigue
                     siendo necesaria frente a una completa mecanización. En este
                     escenario, se debe abrir un diálogo sobre el futuro del empleo, no
                     limitado a la sustitución de tareas, sino extendido a una conversa-
                     ción más profunda sobre la calidad y naturaleza del trabajo en una
                     sociedad altamente tecnologizada que deberá reconfigurarse.







                       Se debe abrir un diálogo sobre el futuro del empleo, no limitado a la

                       sustitución de tareas, sino extendido a una conversación más

                       profunda sobre la calidad y naturaleza del trabajo


















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