Page 46 - Tendencias 2023
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               pérdida de hábitats, y la consiguiente desaparición de especies aso-  Esta formidable tendencia ha coincidido con una toma de concien-
               ciadas a ellos, se aceleró de forma exponencial. La biodiversidad   cia medioambiental desconocida hasta ahora en España y me atre-
               comenzó a estar en grave peligro, y con ella, sin darnos cuenta,   vería a decir que en el mundo. La hemos visto hace pocos meses
               nuestra propia existencia. Pero los seres humanos no estamos exen-  en dos sucesos que han tenido una gran relevancia pública en los
               tos de la interdependencia de las especies. A pesar del mandato   medios de comunicación y en la sociedad, y demuestran claramen-
               bíblico, hace tiempo que la ciencia nos ha enseñado que la Tierra no   te esa conciencia ascendente. Por un lado pudimos ver en Zarago-
               nos pertenece; somos nosotros los que dependemos de ella. Todo lo   za una de las manifestaciones conservacionistas más numerosas
               que nos rodea, incluso nosotros mismos, es producto de la evolución   en España, en este caso en contra de la destrucción del paraje
               de millones de años. Estamos acabando con especies, organismos y   natural de Canal Roya. La presión social obligó al gobierno de
               procesos que ni siquiera sabemos que función jugaban en la biosfera   Aragón a renunciar a su proyecto estrella que quería convertir el
               que todos compartimos. Hemos contaminado la atmósfera y los ríos,   Pirineo en “un gran espacio esquiable”. Fue decisiva la percepción
               mares y océanos de los que dependen nuestra frágil existencia. Es-  en la opinión pública de que la estaban engañando, por el dato in-
               tamos pagando la factura de creer que todo lo que nos rodea podía-  cuestionable de que cada vez hay menos nieve en las montañas del
               mos utilizarlo gratis y que nunca se agotaría. Se nos olvidó que somos   Pirineo y están desapareciendo sus glaciares; aunque, supongo,
               una especie tan vulnerable que apenas podemos pasar dos minutos   también influyó en la protesta el despilfarro energético y de agua
               sin respirar, dos o tres días sin beber agua, y unas pocas semanas sin   que supone fabricar nieve y el atentado ecológico que supone
               alimentarnos. No es la Tierra la que está en peligro, lo que nos juga-  acabar con uno de los últimos espacios naturales de los Pirineos.
               mos es nuestra supervivencia. No hace mucho el secretario general   Poco después ese mismo gobierno perdería las elecciones.
               de la ONU Antonio Guterres, alertaba de que “La humanidad ha
               abierto las puertas del infierno” Y el Instituto de Resiliencia de Esto-  Casi al mismo tiempo, en el otro extremo de la península ibérica, en
               colmo advertía de que “De los nueve límites planetarios que mantie-  el parque de Doñana (convertido en un desierto, como consecuencia
               nen el equilibrio en la biosfera ya se han sobrepasado seis. Son dos   de la sequía y los cultivos de fresa regados con pozos ilegales)
               más que hace ocho años”. El tiempo se nos está acabando.  también se ponía de manifiesto la nula sensibilidad conservacionis-
                                                                     ta de un gobierno, en este caso, y paradójicamente, conservador.
               La aparición de los automóviles, y la construcción de grandes ciu-  Ambos casos demuestran que la agenda verde está muy alejada de
               dades, concentrando a millones de personas con nuevos medios de   las preocupaciones de nuestros responsables políticos, y que apenas
               transporte (del autobús, metro o tren a los patinetes eléctricos) han   nadie piensa en España en la emergencia climática que pone en
               terminado de convertir a aquel intrépido cazador en el homo seden-  riesgo nuestra forma de vida. Pero todos podemos comprobar la
               tario de hoy en día. La mayoría de los problemas de salud y enfer-  pérdida de grandes paisajes en España, sean bosques, lagos o gla-
               medades que le aquejan provienen de esta nueva situación. Es   ciares, y la pérdida de una biodiversidad que nos condena a nosotros
               probable que el ritmo de vida de las grandes ciudades nos haya   también, pues somos simplemente animales biológicos que depen-
               hecho perder la esencia de lo que somos y la percepción de la na-  demos, como las demás, de la biosfera en la que vivimos. El presti-
               turaleza que nos rodea, pero cien años de sedentarismo no han   gioso científico norteamericano Edward Wilson, ha llegado a califi-
               podido sepultar millones de años de evolución genética. Hoy día el   car nuestra era como la de “la sexta extinción”, por la pérdida de
               senderismo, el trekking, caminar, está más de actualidad que nunca.   especies que comprometen, a su vez, la nuestra. También considera
               Muchas personas recuperaron los placeres de caminar por un bos-  que estamos próximos a un “punto de no retorno” cada día más
               que, un parque o un monte tras la pandemia del covid-19, que nos   cercano. Y propone una solución urgente, en su libro “Medio plane-
               tuvo encerrados en casa varias semanas. Para muchos fue una   ta”, en el que plantea proteger al menos la mitad de nuestro plane-
               experiencia vital, un reencuentro con la libertad y la naturaleza.   ta para que nuestra especie de Homo Sapiens pueda tener alguna
               Muy pocos responsables políticos se percataron de ese nuevo   posibilidad de supervivencia. Sólo destinando a la Naturaleza la
               empuje social y existencial en España. Y, sin embargo, los datos no   mitad de la Tierra -defiende- podríamos mantener la esperanza. Eso
               dejan lugar a dudas. El sociólogo David Moscoso, uno de los mejo-  supone un cambio profundo en nuestra forma de relacionarnos con
               res especialistas en deporte y montaña, calcula (a partir de la en-  la Naturaleza. Países como Costa Rica, con un 45% de su territorio
               cuesta del CSD de hábitos deportivos) que hay unos ocho millones   protegido, nos llevan un largo trecho de ventaja. Lo que está en
               y medio de practicantes del senderismo en nuestro país. Además   juego es el futuro de las nuevas generaciones.
               la federación española de montaña y escalada (FEDME) acoge a
               unas 300.000 personas, lo que la convierte en la quinta de nuestro
               país en número de licencias, tras las de futbol, caza, golf y balon-  Una alternativa saludable
               cesto; aunque, de facto, sea la primera, pues en las cuatro que la
               anteceden la afiliación deportiva es obligatoria, o casi, sea para   Es probable que a muchos la invitación a caminar durante días o
               jugar un campeonato, tener un arma de fuego o entrar en un campo   esforzarse durante horas, no les parezca lo suficientemente atrac-
               de golf. También es la primera en número de deportistas y la segun-  tiva. Algunos se preguntarán ¿Por qué caminar ahora, justo cuando
               da en número de mujeres que practican algunas de las modalidades   a nuestro alrededor todo está diseñado para desplazarnos con
               que acoge la montaña.                                 máquinas?




                  Es probable que el ritmo de vida de las grandes ciudades nos haya
                  hecho perder la esencia de lo que somos y la percepción de la

                  naturaleza que nos rodea






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