Page 91 - Tendencias 2024
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A R T Í C U L O S DE
O P I N I Ó N
Además del precio de la energía otros componentes forman parte
de la factura eléctrica. Me refiero en particular al coste de los
servicios de ajuste, al impuesto sobre el valor de la producción de
la energía eléctrica, y a los peajes por transporte y distribución de
la energía (la exención del 80% expira en diciembre 2024); en todos
ellos, dependientes de decisiones gubernamentales, sufrimos una
grave desventaja con respecto a nuestros principales competido-
res, sobre todo franceses y alemanes.
Pero el elemento que más afecta a nuestra factura eléctrica en
comparación con la que soportan las industrias francesa y alemana,
es sin duda la ayuda para compensar los costes indirectos del CO2,
muy por debajo de la que reciben nuestros competidores. Se trata
de los costes que nos trasladan los productores de energía eléctri-
ca correspondientes a sus emisiones durante el proceso de gene-
ración. La Ley de Cambio Climático y Transición Energética permite
acceder a un 25% del resultado de las subastas de derechos de
emisión para las empresas con riesgo de deslocalización, como
compensación por dichos costes indirectos.
La recaudación de Estado en 2023 por este concepto fue de unos
3600 m€, pero las empresas españolas solo recibirán 300 m€ fren-
te a los casi 900 m€ que la ley permite. Hemos transmitido reitera-
damente al Gobierno nuestra demanda de incrementar esa asigna-
ción que nos pone en seria desventaja con nuestros competidores
europeos.
Termino insistiendo en la necesidad de apoyar la competitividad de
la industria española, fundamental para la economía del país. No
es una casualidad que el consumo de la industria electrointensiva
haya descendido un 30% en el conjunto de los dos últimos años.
Este número alarmante refleja una caída sin precedentes de la
actividad industrial.
Probablemente una parte de ese descenso corresponda a factores
coyunturales ligados al mercado de cada empresa, pero sin duda
una porción muy importante responde a cuestiones estructurales
como la competitividad de nuestra factura eléctrica frente a la de
países de nuestro entorno. Se trata por lo tanto de una producción
que se ha ido de España para no volver.
Y quien dice caída de la actividad industrial dice caída del empleo.
Es tiempo de que España apoye decididamente a su industria, ¡nos
va mucho en el empeño! •
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