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A r t í c u l o s de
o p i n i ó n
precisamente surfear en las olas de los imprevistos, abrazando todo dad especializada. Cuando en nuestros días se atacan las humani-
aquello que surja en el camino. Ofrecemos un recorrido experien- dades y las artes se vuelve a ese punto de inflexión que creíamos
cial, en un mundo que también ahora demanda ese hábito como haber superado y que Ortega bautizó como «la barbarie del espe-
objeto del nuevo consumo. Estamos pisando el acelerador hacia cialismo».
una imparable robotización de la vida gobernada por la inteligencia
artificial. Desde hace tiempo, la computación digital ha superado El mercado neoliberal en el que vivimos también crea en nosotros
la capacidad de procesamiento de la mente humana. La idea de la una servidumbre porque todo lo monetiza, despreciando todos
red 5G es adjudicar a cada dispositivo, máquina e individuo una aquellos saberes que no están directamente relacionados con la
dirección IP para que los datos que generan se viertan a internet. producción material inmediata.
Los datos son la materia prima esencial que mantiene los andamia-
jes del sistema, por lo tanto, en breve, los seres humanos estarán Por eso no hay que olvidar que el conocimiento no busca el «retor-
compitiendo contra un automóvil, una lavadora o un frigorífico en no inmediato», porque no es algo que se pueda cuantificar. Las
un mercado global de venta de datos donde la maravillosa imper- grandes evoluciones de la especie humana han venido siempre de
fección humana irá perdiendo valor en un entorno dominado por la la mano del pensamiento y no de sus productos. Una sociedad libre
maximización del rendimiento. En consecuencia, desde la universi- que se precie es aquella que defiende sin temor la libertad de
dad estamos obligados a recuperar aquello que nos hace humanos: pensamiento. Queremos recordar también las palabras del profe-
los afectos y los cuidados a nuestros semejantes y a nuestro mun- sor Emilio Lledó cuando dijo que en una sociedad no puede haber
do. Para lograr este objetivo el arte es esencial. libertad de expresión si no hay libertad de pensamiento. Así que
salgamos al mundo a cortejarlo, a seducirlo y transformarlo en un
En las prácticas artísticas no buscamos ni estamos obligados a lugar mejor, alejándonos de la injusticia, la desigualdad y el pen-
definir lo verdadero, pero invertimos todas nuestras fuerzas en samiento único. •
entender como funcionan los mecanismos del conocimiento. Nos
adentramos en un estado de especulación continua donde los már-
genes entre lo verdadero y lo construido son difícilmente percepti-
bles para visibilizar los elementos que vertebran y sostienen nues-
tra experiencia y nuestra relación con el mundo. Un mundo de
disidencias y contradicciones provocadas por el arte que nos acer-
can a lo esencial. Así, acercándonos a lo verdadero desde la sos-
pecha, somos capaces de visibilizar y verificar las especulaciones
cotidianas a las que se somete la verdad desde las imágenes. Una
verdad que, de alguna manera, hemos transformado en un puñado
de opiniones, como nos recuerda Robert Blatt.
Por lo tanto, como clama Aurora López Polanco, hay que descoloni-
zar los saberes. Hay que partir de nuevo del vacío, como acto ne-
cesario para alcanzar el conocimiento; hay que regresar a la con-
fusión como forma de retomar la consciencia y el espíritu crítico.
La universidad debe transmitir el virus de la curiosidad y de la re-
beldía para hacernos levantar cada mañana contaminados con la
ambición de no aceptar lo establecido e infectarnos con las ansias
de la conquista de lo desconocido. La academia debe defender el
papel del profesorado en una sociedad digital que será la nueva
interfaz entre el conocimiento y la experiencia del mundo, en espe-
cial cuando las circunstancias epidemiológicas, climáticas o de
cualquier otra índole especial nos confinan a la geografía de nues-
tros hogares. Y debe hacerlo desde un diálogo que se nutre con la
autoridad de las palabras como forma de construcción social. Pala-
bras compartidas, palabras derramadas que consolidan el ecosis-
tema del conocimiento y que se nutre con las aportaciones de unas
y otras.
Las revoluciones modernas nos ayudaron a crear sociedades libres
y justas, amparadas en sistemas de educación pública igualitaria e
instituciones democráticas. La universidad ha sido la encargada de
impartir y salvaguardar todo tipo de saberes técnicos y sociales
porque ha entendido que, si unos nos ayudan a mejorar las condi-
ciones materiales de nuestra vida, otros nos permiten comprender
las complejidades de las sociedades, así como a sus individuos.
Hay que recordar que cuando surgieron los regímenes totalitarios
en la Europa del siglo XX, su primera misión fue atacar a la cultura
y perseguir a artistas y pensadores en aras de construir una socie-
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