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La opinión de Han sobre la Ciencia de los Datos es, sin duda, muy No iniciaremos nuestro periplo en la antigua Grecia, con el ya cita-
diferente. No parece necesario detenerse en explicar los motivos, do Sócrates, sino que lo haremos en Alemania, a fines del siglo XV,
bastante evidentes por otra parte. Ahora bien, sí queremos abordar para poder conocer previamente al erudito alemán que ha dado
en estas páginas que su pensamiento no es tan novedoso como denominación a esta particular “patología” intelectual, o síndrome.
pudiera parecer. En realidad, el filósofo surcoreano puede ser in- Trithemius fue el nombre latinizado que utilizó el abad Johann von
cluido en una larga lista de personajes célebres que, como Sócra- Heidenberg (1462-1516). Este erudito benedictino alemán, nacido
tes, Johannes Trithemius y Umberto Eco, entre otros, han mostrado en Trittenheim, cerca de Tréveris, alcanzó un notable prestigio como
su rechazo o desconfianza hacia las novedades tecnológicas en la criptógrafo, teólogo, cronista y consejero del emperador Maximi-
transmisión y conservación de la cultura. Y es que no podemos ol- liano I de Austria. Fue autor de numerosas obras, pero la que le ha
vidar que somos seres culturales, receptores, creadores y transmi- proporcionado una inmerecida actualidad fue un opúsculo menor,
sores de una amplia panoplia de objetos materiales, intelectuales titulado De laude scriptorum manualium. Lo escribió en 1492, a
y espirituales. Estos nos proporcionan supervivencia, identidad y solicitud del abad de Deutzen, con el objeto de explicar a sus mon-
trascendencia, unos beneficios que explican por qué somos tan jes las virtudes de copiar textos. Publicado solo dos años después,
sensibles a los grandes cambios que, desde que fuera inventada la en este elogio de la escritura manual Trithemius expuso a las des-
escritura, se han ido produciendo en los canales de difusión y pre- ventajas que el nuevo invento de la imprenta había traído consigo.
servación culturales. Byung-Chul Han parece ser un buen candida- Con candidez advertía que los libros impresos en papel pronto
to para establecer una breve comparación entre sus ideas y las de desaparecerían, a diferencia de los venerables códices, copiados
otros autores que “padecieron” el citado síndrome de Trithemius. durante siglos sobre pergamino en los monasterios.
Lo que realmente le resultaba intolerable era que la imprenta
estaba popularizando la cultura, desplazando así a la Iglesia y a
determinada élite erudita de un control del conocimiento que
habían tenido durante toda la Edad Media
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