Page 149 - Tendencias 2023
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A  R  T  Í  C  U  L  O  S  DE
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                     quizá, pero fiambreras. Nos consuela pensar que siempre habrá   ¿Y qué puede y debe hacer la cultura ante todo esto? ¿Callar y mirar
                     alguien que está peor que nosotros. A los esclavos los ataban con   a otro lado o dar un paso al frente? Vivir en un país que castiga a
                     cadenas de hierro, pero no era eso lo que les impedía ser libres,   los que hablan y premia a los que callan no lo pone fácil, nadie dice
                     sino el miedo al amo. A los esclavos de hoy nos atan con cadenas   que lo sea. ¿Qué hicieron los grandes como Chaplin o Camus frente
                     de papel, nóminas, alquileres o hipotecas, pero es el miedo, su   a la barbarie? ¿Callar? No, uno rodó El gran dictador y el otro par-
                     mismo miedo, el que nos impide ser libres. Y, lo que es peor, han   ticipó activamente en la Resistencia. Son muchas las formas en las
                     logrado que estemos tan perdidos que hemos llegado a creernos   que la cultura puede y debe dar hoy un paso al frente. La primera,
                     libres y ya ni ansiemos la libertad.                  sin duda, es siendo espejo frente a la sociedad, poniendo frente a
                                                                           ella ese espejo en el que se vea reflejada e interpelada a tomar
                     A fuerza de repetirnos que todos los partidos son iguales, el virus   partido, porque hoy la equidistancia, esa nueva y poderosa adormi-
                     de la desmotivación política ha calado muy hondo. La participación   dera, mata. Hace apenas diez años el cuerpo sin vida de un niño,
                     en los barrios ricos es infinitamente superior a la de los barrios   Aylan Kurdi, flotando sin vida en la orilla de una playa turca removió
                     pobres. Los barrios tradicionalmente obreros son hoy un caladero   nuestras conciencias. El Mediterráneo, nuestro Mediterráneo, no
                     de votos para la extrema derecha. Y esto está pasando aquí y en   es hoy un cementerio, sino un matadero. Hoy asistimos impasibles
                     toda Europa. Hoy vemos el resurgir del fascismo en países como   a la muerte de cientos de migrantes frente a las costas europeas,
                     Alemania o Italia que lograron vencerlo hace ochenta años. Hoy,   pero nos preocupa más que se ahoguen cinco turistas multimillo-
                     como entonces, ganan elecciones. Hitler llegó al poder ganando   narios que se meten en un submarino para visitar los restos del
                     unas elecciones. Ni podemos ni debemos olvidarlo. Nos va lo que   Titanic. ¿Qué cota de inhumanidad alcanzará nuestra conciencia
                     somos en ello.                                        dentro de otros diez años?

                                                                           La cultura no debe ser panfletaria, sin duda, pero tampoco mero
                                                                           entretenimiento ni adormidera de conciencias, y menos con los
                                                                           vientos que corren. En estos tiempos donde la ignorancia y la bar-
                                                                           barie se atreven a censurar obras de Virginia Woolf o del propio
                                                                           Lope de Vega, quienes nos dedicamos a la cultura tenemos que dar
                                                                           un paso al frente abanderando la lucha en defensa de la libertad
                                                                           de creación, la de expresión y, sobre todo, la de pensamiento, la
                                                                           más amenazada de todas ellas. Hoy más que nunca la cultura debe
                                                                           interpelar al ciudadano a afrontar la realidad en la que vive, y
                                                                           quienes nos dedicamos a ella podemos hacerlo de una y mil mane-
                                                                           ras: participando en proyectos que nos cuestionen, que nos inter-
                                                                           pelen, ayudando solidariamente a que quienes empiezan puedan
                                                                           sacar adelante sus sueños, dando talleres solidarios de interpreta-
                                                                           ción a parados de larga duración para que tengan armas con las
                                                                           que enfrentarse a entrevistas de trabajo, llevando el teatro a las
                                                                           calles para denunciar la política criminal de fronteras de la UE, la
                                                                           tortura o la violencia de género, aprovechando cuantos micrófonos
                                                                           nos pongan al alcance para denunciar injusticias, censuras o recor-
                                                                           tes de derechos, saliendo a las calles para defender la sanidad y la
                                                                           educación públicas, defendiendo el planeta… Son muchas y muy
                                                                           diferentes las formas en que podemos hacerlo. La imaginación y el
                                                                           compromiso son nuestras principales herramientas de trabajo. Y
                                                                           eso es, precisamente, lo que la sociedad necesita hoy.









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                                                                             cultura tenemos que dar un

                                                                             paso al frente abanderando la

                                                                             lucha en defensa de la

                                                                             libertad de creación, la de
                                                                             expresión y, sobre todo, la de

                                                                             pensamiento






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