Page 111 - Tendencias 2019
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A  r  t  í  c  u  l  o  s  de
                                                                      o  p  i  n  i  ó  n




                                                                           Por si no fuera poco, con el fin de la operación Sophia, una operación
                                                                           que no tenía mandato de salvamento sino militar, algunos barcos
                                                                           mercantes y pesqueros se han visto envueltos en operaciones de
                                                                           salvamento marítimo siguiendo la legislación marítima internacio-
                                                                           nal, y, en algunos casos, se han visto forzados a ir en contra de los
                                                                           derechos humanos y llevar a la gente de vuelta le infierno del que
                                                                           huyen. En otros casos, han vivido calvarios de largas esperas en
                                                                           alta mar en condiciones precarias hasta conseguir un puerto euro-
                                                                           peo de desembarco, como se vivió por ejemplo con el pesquero
                                                                           español Nuestra Madre de Loreto, que rescató a 12 personas en
                                                                           noviembre del 2018.

                                                                           Actualmente, únicamente las organizaciones humanitarias trabaja-
                                                                           mos para proteger la vida y los derechos humanos en el mar. Y,
                                                                           paradójicamente, en vez de ser apoyados por las administraciones,
                                                                           somos silenciadas, perseguidas y bloqueadas en Europa por deci-
                                                                           siones políticas que carecen de sentido. Sin ir más lejos, el gobier-
                                                                           no español en la última legislatura bloqueó durante más de 100 días
                                                                           el buque Open Arms en el puerto de Barcelona sin ningún motivo
                                                                           técnico, y nos liberó únicamente para transportar ayuda humanita-
                                                                           ria a Grecia en época de campaña electoral. Además, una vez des-
                                                                           bloqueado, desde la Dirección General de la Marina Mercante, que
                                                                           depende del Ministerio del Interior, nos amenazan con multas de
                                                                           hasta 900.000 euros y posibles suspensiones de la tripulación si,
                                                                           siguiendo la legislación marítima internacional, participamos en
                                                                           alguna tarea de rescate.

                                                                           Siempre hemos esperado, y seguimos esperando, que se abran
                                                                           investigaciones sobre las acciones de los gobiernos de la Unión
                                                                           Europea como España e Italia, ya que sabemos que los que están
                                                                           vulnerado las convenciones marítimas y de derechos humanos no
                                                                           son las ONGs. Personas con nombre y apellidos tendrán que res-
                                                                           ponder ante la Corte Penal Internacional de la Haya sobre tanta
                                                                           vulneración de los derechos humanos.

                                                                           Cuando Open Arms empezó a nadar hace casi cuatro años hicimos
                                                                           una promesa, nos prometimos que no pararíamos mientras queda-
                                                                           se una sola vida a la deriva. Ahora vamos más allá. No sólo no va-
                                                                           mos a desaparecer mientras seamos necesarios, sino que, además,
                                                                           hemos perdido el miedo de señalar con el dedo a los responsables
                                                                           de tanta muerte e infamia. ¿Quién debe responder por los muertos
                                                                           en el mar? Nosotros lo tenemos claro, ¿y tú?  •



































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