Page 167 - Tendencias 2019
P. 167

UN LUGAR CENTRAL


                     PARA LA FOTOGRAFÍA



                     Laura Terré. Doctora en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona.



                     En 2019 en España seguimos pendientes de un Plan Nacional de
                     la Fotografía. Nos encontramos sin embargo avanzando hacia la   Atender a la conservación, a la
                     consolidación de la era digital que introduce a los archiveros y con-
                     servadores en una nueva problemática de la imagen sin soporte, la   recuperación de los archivos
                     imagen fungible, la imagen absolutamente efímera. A medida que
                     nos separamos del siglo XX empezamos a vislumbrar los graves   fotográficos, es una práctica
                     problemas que presentará la conservación de esos archivos digitales.   civilizada, de resilencia y
                     Un problema del que no podemos todavía imaginar las consecuen-
                     cias: quizá un apagón digital que nos introduciría en una época os-  sanación de las heridas de la
                     cura, un medievo futurista, huérfano de imágenes del pasado, esas
                     imágenes triviales que la fotografía analógica nos había acostum-  historia
                     brado a descubrir enterradas en un archivo para completar los deta-
                     lles del devenir cotidiano de la historia. Pero antes de que nos veamos
                     en ese trance futurista improbable -dado el ingente número de imá-
                     genes digitales que se producen a cada segundo, malo será que no
                     queden rincones donde se acumulen las imágenes perdidas- todavía
                     estamos pendientes de completar un primer estadio que no hay que
                     imaginar, porque está aquí: la localización, restauración, gestión y
                     conservación de los archivos fotoquímicos. Llegamos tarde y es ur-
                     gente hacer recuento, inventariar de manera absoluta, lo más defini-
                     tiva posible, la producción fotoquímica desde que se introdujo el
                     nuevo artificio en España en 1839, pocos meses después de su in-
                     vención. Se trata de una producción por lo tanto limitada a ese lapso
                     de 180 años que, con los medios tecnológicos de los que disponemos
                     hoy día, no sería imposible registrar y conservar adecuadamente.
                     Solo es necesaria la voluntad política de tirarlo adelante mediante
                     la activación de ese esperado Plan Nacional de la Fotografía.

                     Atender a la conservación, a la recuperación de los archivos foto-
                     gráficos, es una práctica civilizada, de resilencia y sanación de las
                     heridas de la historia. Un signo de cultura refinada que se practica
                     como prueba de salud democrática. Los países acostumbrados a
                     estas prácticas no necesitan dedicar grandes partidas presupues-
                     tarias y en los titulares de sus diarios no suelen aparecer alarmas
                     relacionadas con archivos perdidos o fugados. Se trata de políticas
                     que mantienen sencillos programas en la retaguardia de los minis-
                     terios, que entienden las mejoras a largo plazo. Mediante actuacio-
                     nes mudas, poco rentables, casi invisibles, países como Francia han
                     logrado establecer una red estatal de la fotografía y, además del
                     uso y disfrute de sus ciudadanos, trabajar para la proyección de su
                     patrimonio en el exterior, con el fin de poner en valor su fotografía
                     y, por ende, su cultura, su historia y su pueblo. El caso francés, que
                     siempre miramos con admiración y cierta envidia, es privilegiado
                     porque desde el origen mismo de la fotografía la comunidad cien-
                     tífica y la sociedad se plantearon la reflexión sobre las cuestiones
                     éticas y estéticas que introducía el nuevo invento en las maneras
                     de vivir y en la cultura. La apuesta fue unánime a favor de un pro-
                     cedimiento de uso libre, gracias a la intervención en la compra de
                     la patente por parte del Estado, que desde un principio tuteló los
                     pasos de aquel ingenio conduciéndolo hacia el servicio público. El
                     plan nacional para la fotografía se inició en Francia en los años
                     setenta del siglo pasado, cuando se impulsó una ley para «descla-
                     sificar» los fondos fotográficos que figuraban como documentos en
                     los diferentes departamentos públicos, ya fueran hospitales, fábri-



                                                                       163
   162   163   164   165   166   167   168   169   170   171   172