Page 102 - Tendencias 2022

T E N D E N C I A S
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de emisiones, iniciativa pionera a nivel mundial. Y en 2019 nos
convertimos en la primera compañía de nuestro sector en el mundo
con un claro compromiso en ser ‘cero emisiones netas’ en 2050.
Somos ahora una compañía multienergía, con claros objetivos in-
termedios de reducción del indicador de intensidad de CO , del 15%
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para 2025, del 28% para 2030 y del 55% para 2040.
Somos además la empresa española con un portafolio más amplio
de energías, desde la generación eléctrica renovable al petróleo, el
gas o los combustibles líquidos renovables. Vamos a tener una
potencia instalada de generación baja en carbono de 7.200 MW
para el año 2025. Quiero recordar que hemos sido la empresa que
más energía eólica ha instalado en España en 2020, con el 20% del
total de la nueva potencia.

En España contamos con actividad en todas las comunidades au-
tónomas, con miles de empleos industriales en nuestras plantas.
Empleo industrial en el que hemos invertido en España una media
de mil millones de euros al año de forma ininterrumpida durante los
últimos catorce años, también en el corazón de la crisis.

Desde este compromiso y esta convicción me atrevo, con mucha
humildad, a lanzar algunas aportaciones sobre cómo abordar esta
transición energética y esta descarbonización: desde la convicción
de que la apuesta tecnológica es la clave y con un firme compromi-
so en defensa de la industria española.

Primera reflexión. Debemos garantizar la seguridad de
suministro en este nuevo contexto

Seguridad de suministro significa poder disponer de las energías
que vamos a necesitar en los próximos años a un coste competitivo,
que las familias y las industrias puedan pagar sin poner en riesgo
su bienestar o su existencia. Si vamos a necesitar petróleo y gas,
y es evidente que van a ser necesarios durante muchos años, de-
bemos garantizar su producción y acceso sin demonizarlos.

No hacerlo así, supone abordar una transición energética mal plan-
teada, movida más por la ideología que por la tecnología. El primer
riesgo de esta ideologización que predomina en muchos ámbitos
europeos es que ha agravado la seguridad de suministro.

Hemos renunciado a producir nuestros propios hidrocarburos, te-
niendo gas natural en nuestro subsuelo, y ello nos ha hecho depen-
dientes de Rusia. A su vez, la apuesta unívoca por la movilidad
eléctrica nos hará dependientes de la minería de tierras raras y
metales preciados chinos.
Si vamos a necesitar
La transición energética incrementa la dependencia de tierras ra-
ras, necesarias para las baterías eléctricas, y metales escasos petróleo y gas, y es evidente
extraídos en un número limitado de países, de pocas credenciales
democráticas en gran parte de los casos. Desde Europa debemos que van a ser necesarios
abordar una estrategia de garantía de suministro huyendo de mo-
nocultivos energéticos. Alguno de estos países, como China, ha durante muchos años,
demostrado ya en algunos casos su vocación de utilizar este sumi-
nistro de materias primas como arma geopolítica. Lo hizo cuando debemos garantizar su
prohibió en 2010 la exportación de tierras raras a Japón. Nos en-
señó el camino de la futura dependencia. producción y acceso sin
demonizarlos

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