Page 185 - Tendencias 2020
P. 185

Ismael Serrano. Cantautor.




                     “De esta saldremos mejores”, nos decíamos al comenzar el
                     confinamiento. Nos asomábamos a los balcones y buscábamos en
                     la mirada del vecino un espejo en el que reconocernos. Al ver en
                     nuestros compañeros de aplauso el reflejo de nuestro miedo y de
                     nuestra incertidumbre nos sabíamos más fuertes: no estábamos
                     solos. Quizá sí se pueda sacar esa conclusión después de tantos
                     días de encierro: no estamos solos. Quizá poner por fin en valor lo
                     común, y por extensión lo público, sí sea una consecuencia de esta
                     crisis sanitaria.

                     Es posible que, después de lo vivido, los músicos recuperemos en
                     nuestros relatos las referencias a los anhelos compartidos, al pro-
                     yecto común, a ese “nosotros” desatendido por los escritores de
                     canciones. Durante un tiempo se impuso de manera hegemónica
                     una estética cultural que proponía el escapismo permanente. El
                     caso era evitar que la mirada política contaminase la obra artística.
                     Mejor hablar de nuestros fracasos sentimentales que de nuestras
                     derrotas políticas. Daba más pudor confesar las simpatías políticas
                     que compartir las intimidades amorosas. No se escribían canciones
                     políticas por temor a caer en el panfleto pero no nos daba miedo
                     pecar de cursis.

                     Los cantautores padecemos este estigma. Ningún humorista pierde
                     la oportunidad de hacer un buen chiste sobre el cantautor solemne
                     y aburrido. Porque participar en el debate político era eso: algo
                     aburrido y caduco. Es verdad que el 15M cambió el paradigma. De
                     repente gente muy joven empezó a interesarse por la política. La
                     imagen de la Puerta del Sol como ágora de debate efervescente en
                     la que se discutía sobre el futuro de todos o sobre la justicia social
                     alimentó la ilusión de mucha gente que exigía asumir el protagonis-
                     mo que le correspondía. Eso se trasladó a la música. Grupos que
                     hasta entonces nunca le habían cantado a la desigualdad y a la
                     precarización escribían canciones que aludían a ese “nosotros”
                     hasta entonces omitido.

                     Convengamos que el 15M ha perdido la fuerza de sus inicios. De
                     desanimar al personal se han encargado los que vieron tambalear
                     su hegemonía: medios de comunicación afines al régimen, defen-
                     sores del bipartidismo, reaccionarios de toda la vida e incluso iz-
                     quierdistas acomodaticios que veían aterrados como unos recién
                     llegados pretendían desplazarles de sus cómodas butacas. Pero a
                     pesar de ello el espíritu del 15M aún vive en el ánimo de muchos
                     jóvenes que creen que ya es hora de cambiar las cosas.

                     Y esa radiación de fondo, fruto de la primera explosión, aún se
                     puede encontrar en las propuestas musicales de algunos artistas.










                       La imagen de la Puerta del Sol como ágora de debate efervescente
                       en la que se discutía sobre el futuro de todos o sobre la justicia

                       social alimentó la ilusión de mucha gente






                                                                       183
   180   181   182   183   184   185   186   187   188   189   190