Page 112 - Tendencias 2021
P. 112
A r t í c u l o s de
o p i n i ó n
do y donde los viejos modelos de clase magistral se mezclan con
las enseñanzas empíricas de los proyectos grupales, que sin duda
permiten innovar y a la vez normalizar la ciencia entre nuestros
jóvenes. Y este rasgo es fundamental en una sociedad mediada por
los datos, donde nuestro devenir diario se ve profundamente in-
fluenciado por la percepción de la realidad que crean las pantallas.
El papel del arte y la creatividad en la formación de nuestros estu-
diantes sirve para abstraerse de los flujos de datos como base para
poder imaginar nuevas realidades futuras. El arte ha de enfrentar-
se a la duda, a la deriva, a la capacidad de perder el control, y no
marcar unos objetivos que tienen que ser ineludiblemente alcanza-
dos. La educación STEAM permite entender el proceso de apren-
dizaje como un fin en sí mismo donde el camino se transforma en
la verdadera narración y el tiempo que tardamos en recorrerlo en
un espacio de reflexión.
El telepensamiento y la videopolítica de la inmediatez deben dejar
paso al diseño de nuevas utopías. Porque vivimos el tiempo del
“todo se acaba”, como dice la filósofa Marina Garcés , exprimiendo
3
la urgencia de un presente asediado que se refugia en el constante
solucionismo del aquí y ahora. Los grandes retos a los que nos
enfrentamos, como el cambio climático, la crisis ecológica, la robo-
tización del trabajo, la inteligencia artificial y el capitalismo de vi-
gilancia necesitan una mirada a largo plazo y unas propuestas que
superen a las soluciones exclusivamente tecno-científicas.
Un inciso: alguien tiene que programar el coche autónomo que se
conducirá solo. Pero alguien, también, tiene que reflexionar y guiar
el proceso de toma de decisiones —algoritmo— que usará el co-
che en caso de accidente inevitable: ¿a quién priorizará salvar? La
pregunta no es nueva, pero es rabioso presente.
Por eso, la universidad tiene que repensar el futuro y sacarnos de
esa deriva constante que nos arrastra a un mercado de consumo
inmediato para poder así, construir nuevas sociedades. Debe de ser
un espacio en el que se ponga en duda la realidad establecida,
porque como bien ha definido el historiador Yuval Noah Harari, “el
orden que rige la vida de las personas es siempre imaginado”. Una
estructura ideada que se incrusta en el mundo material y que mo-
dela nuestros deseos. No tenemos más que recordar que en tiem-
pos del confinamiento hemos recurrido a las artes y a las humani-
dades para proyectar un mundo imaginario que nos sacara de las
cuatro paredes de nuestras casas.
El mito del libre albedrío como pilar de nuestro sistema oculta que,
en realidad seguimos siendo monos con chaqueta y corbata que,
hace apenas una brizna de tiempo, salimos de la selva. Seres de-
seantes, que, como nos definió Deleuzze, hemos conquistado el
planeta haciendo uso del desarrollo tecnológico y científico y desa-
rrollado una fe ciega en que serán precisamente la ciencia y la
tecnología quienes salvarán el planeta. Así que aquí nos encontra-
mos, sordos y mudos, sometidos a una caída irremediable en la que
nada hacemos porque preferimos delegar nuestra salvación a la
acción de los algoritmos. Por eso, sin poner en duda la importancia
del devenir científico y tecnológico, estas disciplinas no deben
eclipsar la importancia del arte y la creatividad como motores para
crear nuevas representaciones que nos permiten reconfigurar el
orden imaginado. Porque no solo se trata de buscar soluciones
técnicas y científicas para contener el cambio climático, sino de
crear nuevos espacios de representación y de imaginar una nueva
3 Garcés, Marina. (2018). Nueva Ilustración radical. Anagrama
109

