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A r t í c u l o s de
o p i n i ó n
sector”, que el año pasado formó a 71.833 trabajadores y trabaja-
doras de la construcción, impartió cerca de 3.320.000 horas de
formación y desarrolló 8.337 cursos.
De hecho, y con la llegada de los fondos europeos, tendrá capacidad
para formar a unos 200.000 futuros trabajadores al año y será un
eje vertebrador para atraer talento.
Desde el sector, y a raíz de la reforma integral que plantea el Go-
bierno para la Formación Profesional, hemos trasladado la necesi-
dad de crear un plan específico de certificaciones para la construc-
ción y así atraer a más jóvenes puesto que, si no se ponen en
marcha pronto, no habrá trabajadores ni trabajadoras para finales
de año y será difícil ejecutar los planes de los fondos europeos de
recuperación.
Lograr atraer trabajadores jóvenes a través de esta vía será impor-
tante para ‘moldear’ la figura en forma de diábolo que impera en el
sector en cuanto a formación de los trabajadores se refiere. Si mi-
ramos esta distribución se observa como tenemos una base ancha
de personas con poca cualificación, una franja intermedia estrecha
con formación profesional y en la cúspide una zona que se vuelve
a ensanchar con profesionales titulados universitarios. Por tanto,
se necesita personal cualificado en FP para aligerar su base y su
cúspide, situando profesionales cualificados en la parte central.
Si ya de por sí pocos jóvenes cursan formación profesional, el dato
es todavía más desastroso dentro de nuestro propio sector. Si hay
una cifra especialmente desoladora para nuestros intereses es que
en la última década el número de alumnos que han optado por la
FP se ha elevado en un 71%, mientras que en la Familia de Edifica-
ción y obra Civil ha descendido en un 50%. Y ello, desgraciadamen-
te, tiene su reflejo en la diferencia existente entre las necesidades
de las empresas y la preparación de los trabajadores.
La incertidumbre del contrato fijo de obra
La falta de mano de obra se puede agudizar aún más si el Gobierno
cumple con su intención de eliminar el contrato fijo de obra para
reducir la contratación temporal. Desde el sector estamos preocu-
pados por su posible supresión, ya que se trata de una modalidad
contractual que ha hecho que el sector sea uno de los motores
económicos gracias a que su afiliación ha crecido alrededor de un
12% en el último añoy ya ha superado los niveles previos de empleo
al impacto de la crisis.
El contrato fijo de obra cabe recordar que nació legítimamente de
un acuerdo entre la patronal y los sindicatos y que se trata de una
modalidad contractual que tiene matices concretos para nuestra
actividad. Por tanto, se diferencia claramente de otras figuras como
el contrato de obra y servicio.
Su supresión sería un golpe a la fortaleza del sector y, por ende, al
de la recuperación puesto que tendría consecuencias negativas
para el crecimiento económico. Además, apenas genera conflicti-
vidad y nunca ha suscitado debate con los sindicatos en relación
con la temporalidad o la siniestralidad laboral, lo que evidencia la
importancia y el reconocimiento que tiene, como así quedó recogi-
do en el convenio colectivo del sector.
La eliminación del contrato fijo de obra también obligaría a miles
de trabajadores a convertirse en autónomos forzados ante el ele-
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