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A  r  t  í  c  u  l  o  s  de
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                     Hemos experimentado una caída histórica de nuestro PIB, desplo-  crecido las diferencias distributivas desde 2008. La salida que de-
                     mes vertiginosos del empleo y de la productividad. Hemos vivido la   bemos darle a la actual crisis debe, sin duda, restituir y mejorar esos
                     casi total paralización, durante la fase más aguda del confinamien-  niveles de igualdad. La necesaria subida del Salario Mínimo Inter-
                     to, de toda la actividad económica. Hemos, sobre todo, atravesado   profesional, en la senda determinada por la Carta Social Europea,
                     una profunda crisis sanitaria y una convulsión anímica que se rela-  la recuperación del empleo, la apuesta por los contratos indefinidos
                     ciona, en primer lugar, con las más de ochenta y un mil víctimas   frente a la temporalidad y de las condiciones laborales dignas
                     mortales que ha dejado, hasta hoy, la Covid-19.       frente a la precariedad no son solamente una respuesta coherente
                                                                           con lo que Europa exige de nuestro país sino el pilar sobre el que
                     Inevitablemente emerge el recuerdo de las grandes crisis globales,   sustentar la recuperación y negar, en la práctica, ese mantra de la
                     desde aquella de 1929, que delimitó el marco sobre el que Francis-  desigualdad como resultado inexorable de las crisis.
                     co Largo Caballero inició sus reformas laborales, hasta la posguerra
                     civil española y europea, la crisis del petróleo o la crisis financiera   Se puede tomar el camino de la igualdad y ya lo estamos haciendo,
                     de 2008. Todas ellas nos han dejado enseñanzas, ejemplos, una   abordando la reforma de un mercado laboral lastrado, desde hace
                     memoria silente de lo que se ha hecho y de cómo se ha reacciona-  décadas, por la precariedad y la temporalidad. Lo hemos hecho con
                     do. Se trata de una impugnación del olvido, en realidad. Una mane-  el escudo social desplegado durante la pandemia y las fórmulas de
                     ra de rememorar el pasado para que nuestra vida, hoy, no se de-  flexibilidad interna, como los ERTE, que han sostenido el empleo y
                     tenga, como bien afirmó María Zambrano.               las rentas de las familias. Y lo seguiremos haciendo, desde el Go-
                                                                           bierno de coalición, en varios frentes: con una profunda reforma de
                     Hay, sin embargo, un elemento que, en esta crisis sanitaria y so-  las políticas activas de empleo; con la eliminación de las brechas y
                     cio-económica global, ha sobresalido con fuerza, determinando   dobles velocidades que alimentan la desigualdad, especialmente
                     nuestras posiciones, estableciendo una dialéctica si no nueva sí   entre las mujeres y la población más joven; con el impulso decidido
                     más consciente y decidida. Hablo de la igualdad o, dicho de otra   a la formación y a la cualificación; con un nuevo planteamiento, más
                     manera, del rechazo claro de las desigualdades como expresión   justo, de las políticas fiscales y redistributivas; y con la reescritura,
                     inevitable y fatídica de cualquier tensión macroeconómica.  a varias manos, de un nuevo contrato social, que permita encarar
                                                                           este periodo de recuperación y las transiciones verde y digital que
                     Allí donde las recetas del capitalismo financiero prescribieron, du-  le esperan a nuestro país.
                     rante décadas, eficiencia económica a cualquier coste, aparece hoy
                     la necesidad de reforzar la protección social, haciéndolo desde un   Los fondos europeos que propiciarán este proceso son, sin duda,
                     lugar colectivo, mancomunado, que tiene más que ver con los de-  una oportunidad única para situar, en la conversación pública, la
                     rechos y la justicia social que con fórmulas intolerantes, incívicas   necesaria consecución de la igualdad. Sabemos que la igualdad y
                     y poco empáticas en la gestión de los asuntos que nos interpelan.  la democracia van de la mano y que, juntas, se sobreponen a las
                                                                           autoritarias lógicas de la eficiencia y del máximo beneficio que han
                     Es esa ética y esa política de la generosidad, de la que nos habla   imperado en los últimos años. Queremos demostrar que, con igual-
                     el filósofo francés Didier Eribon, y que se extiende, sin duda, a   dad, es posible un crecimiento económico eficiente y de calidad.
                     una nueva concepción en el reparto de las rentas y la riqueza.  Siempre con diálogo social, pacto a pacto, con el concurso de las
                                                                           organizaciones sindicales y empresariales, tal como venimos ha-
                     En el último libro de los catedráticos gallegos Antón Costas,   ciendo.
                     presidente del CES, y Xosé Carlos Arias, La nueva piel del capi-
                     talismo, se aborda, precisamente, esta nueva sensibilidad. Escriben   El virus nos ha enseñado muchas cosas de nosotras mismas y nos
                     sus autores: “Todo indica que a partir de 2008 los problemas de   ha retado, personal y colectivamente, en no pocos aspectos. Pero
                     desigualdad en la distribución de la renta y la riqueza no han deja-  hemos aprendido algo fundamental: superarlo no es posible si no
                     do de agrandarse, y no hay duda de que las falsas soluciones polí-  lo hacemos de forma conjunta, si no caminamos a la par de las
                     ticas buscadas para intentar atajar la contracción económica pro-  personas trabajadoras y sus necesidades. La recuperación de nues-
                     vocada por las crisis han impulsado aún más las disparidades. La   tro país cumple con esos mismos parámetros: debe ser transversal,
                     recuperación de los excedentes empresariales y la recomposición   integradora, diversa, con derechos, y debe producirse en igualdad.
                     de la riqueza financiera han sido la contrapartida de las reducciones   La recuperación no será real si dejamos fuera a la gente más vul-
                     salariales y, sobre todo, del notable recorte experimentado por al-  nerable, si permitimos que los jóvenes y las mujeres vuelvan a
                     gunos de los principales gastos sociales. La presión hacia la des-  protagonizar otra salida en falso a una crisis global. No será, de
                     igualdad ha sido tan desmesurada -y constatada por todo tipo de   verdad, la recuperación que queremos si en ella no hay memoria,
                     estudios- que, ahora sí, ha aumentado notablemente la intolerancia   esperanza, generosidad y ese sentido común que se sobrepone a
                     social ante el problema y amplios sectores sociales parecen des-  los dogmas y al ‘sálvese quien pueda’.
                     pertar con amargura ante sus consecuencias”.
                                                                           En este año 2021 estamos abordando, con los agentes sociales, la
                     Ese retrato certero de Costas y Arias define el gran problema de   gran tarea de transformación y las reformas estructurales que
                     nuestra sociedad, la desigualdad, y expone una tesis que atraviesa   nuestro mercado laboral exige. Muchas de esas medidas transitan
                     la historia misma del capitalismo: “que cuando la desigualdad se   por la vieja senda que inauguró el secretario general de la UGT,
                     agudiza, la economía de mercado choca frontalmente contra la   Francisco Largo Caballero. Recordarlo hoy, certificar su lugar y su
                     democracia”, señalan ambos autores.                   legado, no es un mero ejercicio de nostalgia. Él encarna nuestra
                                                                           memoria inconforme, aquella que nos anima a hacer del trabajo un
                     España encabeza las listas de desigualdad y de pobreza laboral en   espacio privilegiado de democracia y a seguir, como país y como
                     Europa, y es el país en el que, afirman Costas y Arias, más han   sociedad, dialogando continuamente con la esperanza.  •






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