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A R T Í C U L O S DE
O P I N I Ó N
trata de encontrar un equilibrio que no suponga partir el país por la El medio rural tiene que dejar de ser considerado el mero espacio
mitad en dos realidades mutuamente ignoradas. Porque lo que sí para que ocurran las cosas de las que luego otros ajenos nos bene-
creo es que es posible paralizar la decadencia, y consolidar al me- ficiamos. Pensábamos que esta cuestión estaba ya completamente
nos la situación actual de manera digna para las personas, soste- interiorizada, y si embargo siguen apareciendo nuevos ejemplos en
nible para el territorio, y rentable para la economía. España es un donde, sin duda desde la mejor de las voluntades, seguimos gene-
país que necesita mano de obra en el futuro, plausiblemente una rando suspicacia en lo rural. Véase por ejemplo algunas situaciones
parte importante de esa mano de obra en los próximos años sea que estamos viviendo derivadas del necesario despliegue de las
inmigrante. En esa población nueva sí hay una oportunidad de jugar renovables. Puede que, efectivamente, estemos ante una cuestión
a una distribución más homogénea que atienda a la cohesión terri- más emocional que otra cosa, pero la sensación de despecho sigue
torial. Tenemos que mirar al futuro, no al pasado. existiendo y se alimenta. Y en ese proceso medran los populismos,
la demagogia, y los manipuladores. Desde la distancia hemos or-
Creo que si el problema es calidad de vida tendremos que centrar ganizado la vida de los rurales muchas veces a lo largo del último
el esfuerzo en donde sea viable mantener y mejorar esa calidad de siglo… les hemos restado horizonte para repoblar árboles, para
vida. Es compromiso de solidaridad con todos pretender que las construir embalses, para trazar infraestructuras, para situar deter-
personas puedan desarrollar su proyecto en cualquier lugar del minadas actividades, o para colocar paneles solares y molinos eó-
territorio, pero es obvio que no es posible asegurar una igualdad de licos. Y esa distancia en la decisión nos ha generado incomunica-
prestaciones en todo el territorio. Las ciudades medianas, los pue- ción. Nos ha generado frustración. No podemos dejar ese espacio
blos grandes, los núcleos urbanos con una cierta trama social son de incomunicación crecer, porque ese crecimiento alimenta la más
esenciales. Tendremos que cuidar esos 2000 municipios con menos nefasta de las actitudes.
de 100 habitantes, pero es evidente que la respuesta no la vamos
a encontrar ahí. Tenemos que crear trama económica sobre un Sepamos lo que está pasando. Los últimos tiempos se aprecia un
cierto nivel base de “masa crítica”, sino no será posible. proceso de radicalización en las maneras y en los modos. En algu-
nos países próximos incluso la incomodidad latente de lo rural se
Tenemos que aprovechar en positivo la flexibilidad que nos dan las ha saldado con movilizaciones y conflictividad social. Hay una co-
infraestructuras. Las isócronas de vida y trabajo se mantienen, pero rriente sociológica que pretende tiznar de populismo atávico la
los radios y las distancias han aumentado mucho. Eso permite un forma de vivir y de actuar de muchas de las personas rurales, y esto,
mayor dinamismo, y mengua en mucho la sensación de aislamiento. como apriorismo, es profundamente injusto además de peligroso
Eso es bueno, muy bueno. para cualquier intento de construir futuro.
Hay que generar actividad económica en un volumen suficiente Creo que antes de que se agote el interés y todo esto vuelva a caer
como para que actúe de núcleo tractor en la generación ulterior de en el olvido, debiéramos reflexionar como sociedad qué tratamien-
servicios y sociedad. No es casual que las áreas rurales que actual- to debemos dar al rural. Un tratamiento que tiene que partir del
mente son más boyantes sean las que están relacionadas con el respeto y del reconocimiento, pero que no puede acorazarse en la
regadío y la transformación agroalimentaria. Ello no significa dejar mera subvención cortoplacista, o en el gesto publicitario todavía
de cuidar lo pequeño, lo singular, pero si no conseguimos un cierto más efímero. Debemos sentarnos a reflexionar con la gente del
nivel base de masa crítica de actividad económica tal vez podremos rural y pensar, como país, qué queremos, qué deseamos…. Y luego
resolver el problema concreto de alguien, pero no daremos una empezar a hacer cosas. Ese ha sido el sentido de estas líneas en
respuesta válida al territorio. Deberíamos romper la idea de que este artículo. Es en, en estos momentos de mi trayectoria, el sen-
determinadas cosas solo se pueden hacer en determinados sitios. tido que quiero dar a la orientación emocional de la posición que
Hay que ganar capacidad para poder plantear cualquier proceso ocupo.
económico en cualquier lugar. En esto las infraestructuras también
son un aliado. Porque creo sinceramente que todo eso no se podrá hacer desde
la mera inercia económica, o desde la simple aplicación de los
Tenemos que permitir que los territorios se organicen y tengan su mecanismos de mercado. Creo que, si bien es obligado conseguir
propio proyecto de desarrollo. Los modelos comarcales o manco- que los intereses privados se incorporen al proceso, el proceso
munados parecen particularmente útiles en ese contexto. El desa- solo tendrá sentido si es orientado desde lo público, entendido
rrollo territorial no puede plantearse como el agregado de los ocho como un acuerdo nacional en los objetivos, un marco jurídico pro-
mil proyectos individuales de nuestros ocho mil municipios. Es ne- bablemente singularizado, y una disposición administrativa, y ob-
cesario ganar escala, generalizar procesos. viamente presupuestaria, para hacer cosas. Y creo que la partici-
pación de los agentes sociales es esencial, tanto la ciudadanía
Vivimos en una sociedad burocratizada y sobrecargada de normas organizada como de las organizaciones representativas. En con-
y procedimientos. Y si eso es desesperante en cualquier sitio, en el creto, las organizaciones sindicales y empresariales tienen que
medio rural resulta demoledor. No puede ser que hacer las cosas tener mucho que decir. Y como no aquellos que, obligadamente
en el medio rural requiera más burocracia que hacerlas en el medio estamos comprometidos por nuestro objeto social y nuestra fina-
urbano. Y no puede ser que la gente del rural se encuentre en una lidad a ser parte de la herramienta de la solución. Y todo eso du-
situación de soledad frente a los papeles. Necesitamos simplificar. rante tiempo, durante mucho tiempo, tanto como para que se
Simplificar y acompañar. Y esto último, el papel de las administra- convierta en un proyecto de Estado. •
ciones y los entes públicos es esencial.
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