Page 85 - Tendencias 2020
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A  r  t  í  c  u  l  o  s  de
                                                                      o  p  i  n  i  ó  n





                                                                             La pandemia no es el problema
                                                                             fundamental que sufre la

                                                                             Industria en España, por más

                                                                             que los dramáticos

                                                                             acontecimientos de los últimos
                                                                             meses hayan puesto de relieve

                                                                             algunas de sus debilidades





                                                                           logía y menos formación, y un mayor componente especulativo. Es
                                                                           decir, lo contrario de lo que caracteriza la actividad industrial.

                                                                           Es cierto que la crisis sanitaria ha puesto a otros sectores en situa-
                                                                           ciones todavía más graves de deterioro, pero por ello y por el efec-
                                                                           to tractor que puede tener para superar esas consecuencias es
                                                                           imprescindible prestar atención a la Industria.

                                                                           En el momento actual, se ha de situar el centro del debate econó-
                                                                           mico en conceptos como la tecnología, la innovación, la formación,
                                                                           la estabilidad en el empleo, la productividad y la competitividad.

                                                                           Y todos ellos, en conjunto, conducen inevitablemente a la Industria,
                                                                           que no tiene capacidad de ofrecer grandes retornos a la inversión
                                                                           a corto plazo como otras actividades, pero a cambio es más sólida,
                                                                           más segura y, sobre todo, tiene mayor capacidad de generar en su
                                                                           entorno un tejido económico y social, un ecosistema productivo,
                                                                           sobre el que se desarrollan mejor el resto de los sectores.

                                                                           En la medida en la que el Sector Industrial crezca e incremente su
                                                                           participación en el PIB, generará demanda y actividad en el resto
                                                                           de sectores. Un incremento en el valor de la producción de un euro
                                                                           en la demanda final del sector manufacturero conlleva un incremen-
                                                                           to de valor en el conjunto de la economía de 3,11 euros.

                                                                           Pero esa función de catalizador del la Industria no se queda en lo
                                                                           estrictamente económico y tiene su correlato en la calidad el em-
                                                                           pleo, la vertebración social y la distribución de la riqueza.



                                                                           Recuperar la industria

                                                                           Nadie puede dudar de que cambiar la actual tendencia declinante
                                                                           de nuestra economía va a exigir un esfuerzo histórico, en formación,
                                                                           en I+D+i, en materia fiscal y de financiación, en cuestiones labora-
                                                                           les, medioambientales, energéticas, de coordinación y desregula-
                                                                           ción administrativa, entre otras.

                                                                           Pero el mayor desafío al que nos enfrentamos está en crear un
                                                                           clima favorable a la Industria que permita romper el círculo vicioso
                                                                           al que se viene viendo abocada, de menor peso en la economía,
                                                                           mala imagen y menor interés social y político.

                                                                           La industria va a ser, más que nunca, la clave del futuro crecimien-
                                                                           to de la economía y el bienestar de la sociedad, que van a depender
                                                                           muy particularmente de las medidas que se tomen y de los esfuer-
                                                                           zos que se hagan para mejorar su competitividad.



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