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LA INDUSTRIA, FACTOR


                     DE PROGRESO Y


                     VETEBRACIÓN SOCIAL



                     José Miguel Guerrero Sedano. Presidente de CONFEMETAL.




                     Por diferentes que sean los criterios de análisis que se utilicen
                     para hacer la lista, no es difícil coincidir en que algunos de los   No parece arriesgado colegir la
                     países de nuestro entorno europeo que podrían ponerse como
                     ejemplo de un más amplio bienestar y nivel de progreso humano   existencia de una actividad
                     son Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia y
                     Suiza.                                                  industrial fuerte y consolidada
                                                                             tenga alguna responsabilidad
                     En la lista podrían incluirse otros, pero nadie excluiría a ninguno de
                     los citados atendiendo a lo reducido de sus brechas de desigualdad,   en las bajas tasas de paro y el
                     la amplitud de sus sistemas de protección social y la extensión de
                     su estado del bienestar.                                elevado nivel de vida y

                     Todos ellos comparten también un elevado nivel científico e inno-  bienestar
                     vador, altos estándares de calidad en sus productos, asociados a
                     una potente y global marca país gran capacidad tecnológica y un
                     capital humano altamente cualificado.

                     En todos ellos la tasa de desempleo se sitúa por debajo de la mitad
                     de la que registramos en España. El 3,5 por ciento en Alemania, 4,8
                     en Austria, 4,6 en Dinamarca, 6,6 en Finlandia, 3,6 en Noruega, 7,9
                     en Suecia y el 4,1 por ciento en Suiza.

                     En paralelo, los siete países ofrecen, según los datos del Banco
                     Mundial de 2018, elevados porcentajes de valor añadido bruto in-
                     dustrial sobre el PIB. El 27,5 en Alemania, el 25,7 en Austria, el 21,2
                     en Dinamarca, el 24,5 en Finlandia, el 32 en Noruega, el 22,6 en
                     Suecia y el 25 por ciento en Suiza.

                     Ante esos datos, no parece arriesgado colegir que la existencia de
                     una actividad industrial fuerte y consolidada tenga alguna respon-
                     sabilidad en las bajas tasas de paro y el elevado nivel de vida y
                     bienestar de esos países.

                     Pero alguien que conozca realmente la esencia de la actividad in-
                     dustrial puede y debe permitirse ir más allá para afirmar que es la
                     Industria la principal responsable de la envidiable situación en esos
                     países.

                     La Industria ha sido el embrión de la actual potencia económica
                     europea y debe seguir siéndolo en futuro. Sin ella no pueden enten-
                     derse la historia, la cultura, la economía y el desarrollo social del
                     continente. En España, a escala de su desarrollo y su particular
                     proceso de industrialización, ocurre lo mismo.

                     Los países emergentes lo son desde que entendieron que la Indus-
                     tria es el sector de actividad imprescindible para impulsar el desa-
                     rrollo económico y social, y actuaron en consecuencia, favorecien-
                     do y fomentando la actividad industrial.

                     Esos países se han incorporado a la competencia en los mercados
                     globales cuando han asumido que el mayor grado de desarrollo



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