El día de ayer, 28 de octubre, en un ambiente festivo, acompañados de vecinos e interesados la plataforma #SalvaPeironcely10 realizó la inauguración popular de la plaza del Fotógrafo Robert Capa, dando este nombre a la explanada situada frente a la vivienda que Robert Capa fotografió en noviembre de 1936 tras ser bombardeada por la aviación alemana en apoyo del ejercito sublevado contra el gobierno de la República.
Previo a este acto, frente a la fachada retratada por Capa, el historiador Ian Gibson leyó un manifiesto en el que se solicitaba a la presidenta de la Comunidad de Madrid la carta abierta en la que le solicitan que Peironcely 10 sea declarado Bien de Interés Patrimonial y que puede consultarse a continuación:
Señora presidenta de la Comunidad de Madrid:
Los abajo firmantes nos dirigimos a usted para solicitarle, enérgicamente, que proteja de manera urgente el edificio que se encuentra a mis espaldas: el número 10 de la calle de Peironcely, aquí en Entrevías.
En el mes de junio, 20 entidades nacionales y extranjeras y 30 personas de distintos países procedentes de los campos de la historia, el arte, la literatura, la fotografía o la defensa de la paz solicitamos a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid que declarase este lugar como Bien de Interés Patrimonial. Una solicitud avalada por un amplio consenso internacional de expertos, que la responsable del departamento de Patrimonio, Paloma Sobrini, ha preferido ignorar utilizando dos argumentos a nuestro juicio insostenibles.
El primero de sus razonamientos sentencia que este edificio es una «infravivienda». Se trata de una vergonzosa obviedad que para nada pone en tela de juicio la indudable significación histórica del inmueble. Que el dueño actual de Peironcely 10 mantenga la edificación en un estado de conservación lamentable, sometiendo a sus inquilinos a unas condiciones de vida infrahumanas es, en todo caso, un baldón que no podemos permitirnos como sociedad y que condenamos sin paliativos. Sin embargo, esta injusta situación que los servicios sociales no resuelven, no debe servir de excusa para anular el valor de este lugar como referencia histórica de los hechos que aquí sucedieron y que lo convirtieron en un icono del horror de la guerra y de la vulnerabilidad de la infancia.
Si, como hemos visto, el primer argumento que deniega nuestra solicitud es endeble, el segundo es indignante. Con la intención de restar valor a la famosísima fotografía que aquí sacó Robert Capa, la responsable de Patrimonio afirma que los niños protagonistas de la misma eran «figurantes». Se trata de una aseveración sin base histórica alguna.
Dice la ley de Patrimonio de la Comunidad de Madrid que «serán Bienes de Interés Patrimonial (BIP)» aquellos que «sin tener valor excepcional, posean una especial significación histórica». Este es el caso claro y patente del edificio de Peironcely 10 y lo que motivó nuestra solicitud.
No entendemos cuáles son las resistencias a admitir lo que es incuestionable: «la especial significación histórica» de Peironcely 10. Reconocer y dotar de la protección necesaria a este inmueble sólo puede aportar beneficios políticos a su administración, y ello sin suponer coste alguno para las arcas públicas de la Comunidad.
Señora presidenta de la Comunidad de Madrid, todavía está usted a tiempo de enmendar el error de la Dirección General de Patrimonio; está a tiempo de otorgar a este lugar la protección que merece, acorde con su reconocimiento internacional; está a tiempo de dignificar la situación de los que hoy viven aquí; está a tiempo de aportar su granito de arena para que recuperemos un entorno degradado de la ciudad de Madrid; está a tiempo de rescatar este conmovedor rincón olvidado de la memoria de Europa.
Señora presidenta: ¡declare Peironcely 10, por favor, como Bien de Interés Patrimonial!